Así también ustedes, las esposas, respeten a sus esposos, a fin de que los que no creen a la palabra, puedan ser ganados más por la conducta de ustedes que por sus palabras,cuando ellos vean su conducta casta y respetuosa. Que la belleza de ustedes no dependa de lo externo, es decir, de peinados ostentosos, adornos de oro o vestidos lujosos, sino de lo interno, del corazón, de la belleza incorruptible de un espíritu cariñoso y sereno, pues este tipo de belleza es muy valorada por Dios. Porque así era la belleza de aquellas santas mujeres que en los tiempos antiguos esperaban en Dios y mostraban respeto por sus esposos. Por ejemplo, Sara obedecía a Abrahám y lo llamaba señor. Y ustedes son sus hijas, si hacen el bien y viven libres de temor. De la misma manera, ustedes, los esposos, sean comprensivos con ellas en su vida matrimonial. Hónrenlas, pues como mujeres son más delicadas, y además, son coherederas con ustedes del don de la vida. Así las oraciones de ustedes no encontrarán ningún estorbo. 1 Pedro 3:1-7 RVC.
sábado, 18 de junio de 2011
Temor al Señor.
Salmos 11:10 El principio de la sabiduría es el temor al Señor. Quienes practican esto adquieren entendimiento y alaban al Señor toda su vida. RVC
Proverbios 1:7 El principio de la sabiduría es el temor al Señor; Los necios desprecian la sabiduría y la enseñanza. RVC
lunes, 13 de junio de 2011
Grande es tu fidelidad
Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca. En Jehová se gloriará mi alma; lo oirán los mansos y se alegrarán. Engrandeced a Jehová conmigo y exaltemos a una su nombre. Busqué a Jehová, y él me oyó y me libró de todos mis temores. Los que miraron a él fueron alumbrados y sus rostros no fueron avergonzados. Este pobre clamó, y lo oyó Jehová y lo libró de todas sus angustias.
El ángel de Jehová acampa alrededor de los que lo temen y los defiende. Gustad y ved que es bueno Jehová.
¡Bienaventurado el hombre que confía en él! Temed a Jehová vosotros sus santos, pues nada falta a los que lo temen. Los leoncillos necesitan, y tienen hambre; pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien. Salmos 34:1-10 RV 1995.
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